Escucha para ver

Bemba: De la invisibilización de los negros a la tradición y la fe

Raúl Rodríguez, académico del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, es el creador de este documental sonoro, principalmente, con mujeres afrodescendientes del norte de Chile, con el que ha logrado meterse en las entrañas de las personas que dan testimonio de una realidad muy dura, pero también ejemplar, en torno a la importancia que tiene la identidad para los afrodescendientes. Ellas y ellos se saben chilenos y defienden sus derechos como ciudadanos de este país y eso se expresa en esta serie documental.

Pita Cortés


En el episodio 1 de su trabajo, el realizador ha sabido tejer un entramado de voces en movimiento. La historia que nos presenta cumple la misión de explicar los fenómenos de “un futuro virtuoso y no retrógrado”, como bien señala una de las testimoniantes. Es importante señalar que todas estas personas hablan de un mundo colorido, donde no todo es blanco y negro, en cuanto a piel se refiere, y también en cuanto a la manera de concebirnos como seres humanos. 

Quiero destacar esta cualidad de Bemba, porque muestra cómo, a lo largo de la historia y desde la conquista de América, se ha insistido en la invisibilización de los esclavos negros. Ahora, sus descendientes, son voces que nos recuerdan de una manera muy vívida las historias de sus ancestros: africanos trasplantados, esclavos que fueron encerrados en criaderos de esclavos, para su comercialización; y negros y negras que no aparecen en los libros, para que no exista el autorreconocimiento

Un documental sonoro, consideramos los miembros de Foro de Documental Sonoro en Español (SONODOC), es aquél que cuenta historias, reales, y con sonidos. Bemba cumple cabalmente con estos tres elementos: es un documento sonoro con fragmentos de dramatización, testimonios, entrevistas y voces en movimiento con las que, en el armado, Raúl Rodríguez consigue un ritmo muy particular, “tejiendo” música, cantos y narraciones que dan armonía a la historia, sin usar efectos sonoros creados por los programas de edición.

Claro ejemplo de lo anterior es el episodio 2, que se refiere a las “Cruces de mayo”, compromiso de amor y de fe; tradición que renueva el amor de familia y que evidencia el sincretismo entre la cultura negra y la española. La cruz de mayo, tradición que los sostiene en la fe, es una fiesta en la que está presente la música de los negros, a través del tumba carnaval, y cantos y bailes religiosos dedicados a la virgen, como parte del rito. El peso del testimonio, fundamental para la historia, no alcanza el dinamismo del episodio 1, pero la música y los cantos logran presentar un lienzo sonoro muy vívido, que nos permite ver, a través del oído, esa fiesta que lleva una fuerte carga emocional y de fe. La presentación de los instrumentos, ritmos y canciones, combinados con testimonios y voces superpuestas, logran crear escenarios sonoros muy “visibles” a ojos cerrados.

Los cantores, en torno a la cruz de mayo, se forman desde niños, porque para ellos siempre ha sido importante esta tradición, la que ha ido cambiando para seguir viva; para seguir dando sentido de pertenencia a la familia, a una comunidad, a un pueblo. En sus casas hay una cruz, que es parte del símbolo familiar para los afrodescendientes. Dato importante que se saborea a través del oído: los productos de la tierra eran, y son, muy fundamentales en esta festividad.

En diferentes momentos, muy bien elegidos en los episodios 1 y 2, se logra un dinamismo muy particular, porque los cuadros se van integrando con silencios que me parecen muy pertinentes, pues logran crear un nuevo escenario después de cada uno de estos silencios. 

En el episodio 3, la identidad da fortaleza, con voces en movimiento que construyen un lienzo sonoro de su historia, dando visibilidad a la lucha por dignificar la presencia del pueblo afrochileno. Contado por mujeres que han sido doblemente discriminadas, por negras y por ser mujeres. También por ser consideradas, como ellas mismas lo dicen, “calientes” y “buenas pa la partusa”. Ellas eran y son vistas como objetos sexuales. Desde allí también se expresa su lucha por denunciar y ser aceptadas dentro de una sociedad racista.  

En este episodio es notable cómo se logra una textura sonora, colorida y homogénea, a pesar de la variedad de voces y escenarios en las que fueron grabadas. 

Los tres episodios en conjunto revelan la historia, la lucha, los sueños y las tradiciones de este pueblo “perdido” en la frontera del norte de Chile. 


Pita Cortes es Licenciada en Periodismo y Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México. Productora ejecutiva en radio, con más de 30 años de experiencia. Se ha especializado en patrimonio inmaterial sonoro y es miembro fundador del Foro de Documental Sonoro en Español, SONODOC. Actualmente está a cargo de dos programas en Radio Educación de México: Los del siglo XXI, que abordas las masculinidades en esta centuria, y Babel XXI, enciclopedia sonora de la historia del rock.

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