Raúl Rodríguez editó el libro “100 años de la radio en Chile (1922-2022)” que, junto con el sitio web 100añosradio.cl, es parte del proyecto transmedia que rescata la memoria sonora radial del país. Recién llegado de España, Rodríguez conversó con SONORA.media y esto fue lo que nos dijo.
Por Iván Rimassa
Es un hito poco conocido, pero muy relevante para la radiodifusión chilena. Ocurrió el 19 de agosto de 1922, fecha en la que, por primera vez, se logró que una voz se escuchara en dos lugares distintos y a la vez.
Enrique Sazié y Arturo Salazar fueron los gestores de este avance tecnológico nacional. Ambos se instalaron en la Casa Central de la Universidad de Chile, en plena Alameda, para transmitir por ondas de radio la voz humana hasta el diario El Mercurio, que en ese tiempo se ubicaba en la esquina de las calles Compañía con Morandé, en Santiago Centro. Es decir, a solo 600 metros de distancia.
A un siglo de este hecho que permitió el comienzo de la radiofonía local, se organizaron una serie de actividades que están celebrando su centenario. Una de ellas es el proyecto transmedia 100 años de la radio en Chile (1922-2022), que se compone del sitio web 100añosradio.cl y de un libro del mismo nombre.
Este texto fue editado por el coordinador de SONORA.media, Raúl Rodríguez, y reunió a 13 profesionales de las comunicaciones que aportaron crónicas, reportajes, ensayos y testimonios, acerca de este siglo de memoria sonora nacional.
Conversamos con Rodríguez, y esto fue lo que nos contó sobre el centenario de la radio en Chile, su historia y su proyección a futuro.
¿En qué consistió tu trabajo como editor del libro?
Mi rol como editor se centró en darle una estructura a la evolución de estos 100 años de la radio en Chile. Lo definiría en tres grandes bloques. El primero tiene que ver con los 40 o 60 años de inicio de ésta, la época dorada del radioteatro, los comienzos del deporte y las primeras décadas de la radio informativa.
El segundo bloque tiene que ver con la época previa al golpe de Estado y, por supuesto, la radio en dictadura. A este tiempo, también se suman temas que cruzan todos los capítulos, como la radio informativa y el deporte.
Por último, se encuentra el bloque de la época más actual que se resume, principalmente, en tres o cuatro capítulos: uno de radio y podcast, otro de ficción radiofónica del siglo XXI (2003 en adelante) y, por otra parte, la evolución de la radio musical miscelánea.
Antes de este libro y el sitio web, ¿dónde descansaba toda la historia de la radio chilena?
La historia de la radio tiene que ver con la memoria sonora de un país y, lamentablemente, en Chile estaba desperdigada en distintas instituciones, como la Biblioteca Nacional, la Biblioteca del Congreso Nacional, Memoria Chilena, el Museo Histórico Nacional y el Museo de la Memoria. Esto se suma a otro problema. Las emisoras nacionales no tienen archivos radiales, excepto la radio Cooperativa que ha armado un gran archivo sonoro en torno a su historia.
En ese contexto, este proyecto -que dialoga con lo sonoro, lo escrito y lo visual-, pretende instalarse como una fonoteca de radio especializada, para cubrir el vacío que tenemos respecto a nuestra memoria sonora. Así, además, contribuiremos a la memoria histórica y a solucionar la deuda democrática, posterior a la dictadura.
En comparación con Iberoamérica, desde la primera transmisión, pasando por el radioteatro y hasta las radios comunitarias, ¿cómo ha sido la evolución de la radio chilena? ¿Pionera o reactiva a sus vecinas? ¿Es Chile un país radial?
Chile ha sido pionero. Fue uno de los primeros países en América del Sur en comenzar sus transmisiones radiales conectándose con emisoras de Estados Unidos y Argentina, con el objetivo de ampliar las voces. Aquello nos habla de una radiodifusión vanguardista.
Por otra parte, el sello que ha tenido la radiofonía chilena, a diferencia de otros países, es que es principalmente privada. Han faltado radios públicas. En cuanto a la radio social y comunitaria, esta comenzó a gestarse recién a mitad del siglo XX, en la década del 60.
Sin duda, los chilenos y chilenas le debemos mucho a la radiofonía privada o comercial, pero como decíamos, ha faltado el desarrollo de los otros sectores de la comunicación. Esa conciencia la hemos adquirido, principalmente, desde el retorno a la democracia. De hecho, desde el año 2000 comenzó a activarse un movimiento social de las comunicaciones que viene a tratar de mejorar este ecosistema y escenario de la radiofonía chilena.
En el libro se definen claramente varias épocas radiales. Siguiendo esa lógica, ¿en qué momento radial está Chile hoy?
Ahora estamos en el momento de la radio expandida a lo sonoro. Eso es súper interesante, porque hoy la radio ya no está solamente dentro de un estudio o de las ondas clásicas que uno escuchaba a través de la antena. Actualmente, las radios y el sonido están en distintos soportes que llevan al uso de multiplataformas o multidispositivos con portabilidad y asincronía, es decir, en el paradigma de las telecomunicaciones y el de la convergencia que estamos enfrentando en este siglo XXI.
Cuéntanos sobre tu investigación doctoral en España y cómo se vincula con este centenario.
Mi tesis doctoral está relacionada al podcast y se vincula, justamente, con esta nueva etapa que estamos enfrentado en el siglo XXI: la aparición de los podcasteros independientes que no necesitan de la radio para hacer un programa. De hecho, pueden montar su propio estudio y producir desde sus casas o desde cualquier lugar fuera de una emisora. Eso es interesante, porque renueva las narrativas, los lenguajes y la forma de hacer radio.
Hoy el podcast tiene vida propia, aunque no es imposible que habite la radio. No obstante, es imprescindible que la radio más tradicional, asentada, local, privada o nacional mire lo que está ocurriendo con estos creadores independientes, porque son los que están interpelándola, renovando el medio y, también, ampliando la esfera de lo sonoro.